domingo, 30 de octubre de 2011

LULA NO SUS




O anúncio de que o ex-presidente Luís Inácio Lula da Silva sofre de câncer de laringe foi seguido da manifestação de alguns que protestam contra o fato de Lula fazer o tratamento no setor privado da saúde. Para estes, Lula deveria combater o seu tumor no SUS. No Twitter, uma das hashtags mais usadas após o divulgação da triste notícia foi #LULANOSUS.

É legítimo que as pessoas desejem ver a seus governantes ou antigos governantes dando exemplo e juntando-se à maioria da população quando estão doentes e vendo na pele o que é depender da precária saúde estatal brasileira. Acontece que nenhum político brasileiro ou latino-americano o faz. Lula não estará fazendo nada de errado recorrendo à medicina privada. Certamente, estará pagando por isso.

O fato do SUS estar longe de oferecer atendimento de qualidade à população não tem apenas uma causa. Basicamente, há quatro problemas que impedem isto. Má gestão dos recursos destinados à saúde; corrupção; falta de atração salarial para que os melhores profissionais trabalhem no SUS (devido ao teto no funcionalismo público laborar no sistemo privado é prioridade para os médicos); e falta de investimento orçamental (enquanto, a Argentina aloca 6,2% de seu PIB na saúde pública, o Brasil só tem 3,8% de seu PIB nela)

Nos últimos tempos tem-se debatido muito o último aspecto, como dotar o SUS de mais verbas para que funcione um pouco melhor. A principal medida foi a introdução, em 1997, no primeiro mandato do presidente Fernando Henrique Cardoso, da CPMF, o apelidado imposto do cheque, que taxava em 0,38% qualquer espécie de transação bancária.

Entretanto, tanto o governo de Cardoso como o de seu sucessor Lula acabaram não usando o arrecadado com a CPMF integralmente com a saúde. Em razão da DRU (Desvinculação de Receitas da União), podiam usar parte desta receita para outros fins, como para o superávit primário.

A CPMF acabou em 2007, quando o Senando decidiu não prorrogá-la. Hoje, o governo de Dilma Roussef e parte de sus base aliada lutam pela criação dum imposto semelhante e que vá integralmente para a saúde pública.

Entretanto, pouco se fala de uma das maiores renúncias fiscais do país, que, em última análise, poderia estar desviando recursos da saúde pública para a privada: As deduções do IRPF para quem contrata planos de saúde privados e outros serviços médicos particulares - o governo perde cerca de R$ 15 bilhões de reais com este abatimento, que representa um financiamento branco do setor privado de saúde e um subsídio indireto para quem o utiliza.

Creio que grande parte dos que gostariam de ver Lula sendo tratado no SUS tem plano de saúde. Querem muito que o ex-presidente faça gala de solidariedade com os usários do SUS, mas será que eles estariam dispostos a ser solidários com os pacientes do SUS, abrindo mão dos descontos aplicados no seu IRPF? Ou, ao menos, apoiariam se algum governo defendesse o fim destes descontos? Pelo que conheço da classe média e alta do Brasil e de sua hipocrisia acredito que não.

Tanto a volta da CPMF como o fim dos descontos do IRPF para clientes de planos de saúde - dinheiro deduzido que poderia ser usado para a saúde pública - não seriam uma panacéia para o SUS, mas, ao menos, poderiam incrementá-lo, ainda que não o suficiente para que os governantes brasileiros o usassem.


viernes, 28 de octubre de 2011

HACE UN AÑO


El año de 2010 ya había sido marcado por un evento que colmó de gente el centro de la ciudad de Buenos Aires, los festejos del Bicentenario. Aunque no con la misma cantidad de personas, otro hecho abarrotó el centro porteño, más precisamente en los alrededores de la Casa Rosada. Era el día posterior a la muerte del ex presidente Néstor Kirchner, cuando su cuerpo fue velado en la sede del gobierno argentino.

No sé exactamente porqué estuve presente, aguantando más de diez horas en una inmensa cola para pasar por el féretro de Kirchner. No era un kirchnerista (al menos de esos que defienden a capa y espada la figura de Kirchner y de su esposa, Cristina Fernández), y, mucho menos, un peronista. Como máximo era un simpatizante de su gestión en todo lo que marcaba su carácter progresista y transformador.

Pero, lo veía con reparos en algunos aspectos importantes. La falta de un sentido más republicano (el uso constante de aparatos del Estado, como helicópteros oficiales para su labor proselitista); el algo sospechoso crecimiento exponencial de su fortuna personal durante el mandato de él y de su esposa (aunque nada de concreto haya sido demostrado); la apropiación legal, pero oportunista, de decenas de inmuebles cuando era apoderado de una entidad financiera mientras regía la circular 1050, que indexaba las deudas hipotecarias con los altísimos tipos de interés del mercado en la época del monstruoso ministro de Economía de la pérfida Junta Miliar que gobernó Argentina entre 1976 y 1983, Martínez de la Hoz; su participación, aunque discreta, en movimientos de sostenimiento a la dictadura miliar cuando era abogado; y su apoyo a Carlos Menem en la primera parte de su gobierno, enarbolando las políticas neoliberales de entonces, especialmente en lo que se refiere a la privatización de YPF, de la cual fue uno de los avalistas, como gobernador de la provincia de Santa Cruz, que tenía una no despreciable participación en la petrolera.

De la historia de uno, nada podrá ser obviado. Los oscuros pesan tanto como los claros. Los errores no pueden ser anulados por los aciertos. Kirchner no fue un modelo ético. No se puede poner su imagen como un ejemplo de lo qué debe ser un servidor público.

Lo que me quedo de Kirchner no es de él como persona. Me quedo con sus osadas acciones que permitieron sacar a Argentina de la mayor hecatombe económica de su historia, llevándola, de nuevo, después de muchos años, a la senda del crecimiento y a la consecuente, aunque no suficiente, mejora en la calidad de vida de sus ciudadanos.

Me quedo con el decreto que derogó la Ley de Obediencia Debida, que posibilitó el juicio a los genocidas de la dictadura militar, en la cual, paradojas de la vida, el propio Kirchner había estado en la misma vereda.

Me quedo con las políticas que imponen que los ruralistas tengan que contribuir con sus enormes ganancias al desarrollo social del país. Y me quedo con leyes que estén en contra del monopolio de los medios.

Seguramente, no me quedo con todo que hizo Kirchner en su gobierno y como “ayudante” del gobierno de su mujer, Cristina Fernández, y no me lo compraría todo el paquete K. Mucho menos me quedo con la mayor parte de los distribuidores de este paquete a lo largo y ancho de Argentina (el aparato del Partido Justicialista, con los gobernadores derechosos y poco éticos a la cabeza).

A despecho de todo lo que no me gusta del universo K, un año después de aquel 28 de octubre de 2010, miro para tras satisfecho de haber pasado tantas horas molido en el medio de la multitud. De cierto modo, fue una manera de reivindicar, desde el total anonimato, todo con lo que me quedo de la historia reciente de un país.

jueves, 27 de octubre de 2011

SIN NÉSTOR, PERO CON CRISTINA


En un día como hoy, hace un año, moría el ex presidente Néstor Kirchner. Su muerte cayó como una bomba en la vida política argentina. Aunque el santacruceño hubiese pasado en el año de su fallecimiento por dos internamientos en razón de sus problemas cardíacos – en uno de ellos habiendo que ser operado – su desaparición agarró a casi todos de sorpresa.

En el momento de su muerte, Kirchner no era un simple ex presidente. Era, para muchos, más importante que la propia presidente, su esposa, Cristina Fernández de Kirchner
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Kirchner era el responsable por todo el complejo de alianzas, poniendo su cara interna y externamente para el sostenimiento del poder. Se puede decir que él y su esposa formaban un dúo, ella con un rol más institucional y él con un trabajo más ligado a la política práctica. Kirchner y Fernández más que un matrimonio afectivo eran un matrimonio presidencial.

La muerte de Kirchner fue impactante, básicamente, por dos motivos. Primero, él sería, muy probablemente, el candidato del Frente por la Victoria para la sucesión de su mujer, que dejaría pasó a él, así como él le había dejado paso a ella en las elecciones de 2007. Con su muerte, sería de Fernández la responsabilidad de intentar mantener el kirchnerismo en el poder en 2011. Segundo, sin su marido, muchos creyeron que el gobierno y el kirchnerismo podrían colapsarse. Se pensaba que Fernández no tendría el control de todo el juego de intereses que marcaban el país para conducirlo, principalmente en lo que se refiere a la relación con las gobernaciones, con los intendentes del conurbano bonaerense y con la CGT.

La visión algo miope de muchos analistas políticos y de la oposición quería dar la idea que sin Kirchner la presidente se tumbaría, siendo pasada por encima por la oposición y por aliados. Unos, incluso, llegaron a compararla con la primera mujer presidente de Argentina, Isabel Perón, que condujo frágilmente el país tras la muerte de Juan Perón de quien era vice, y cuyo débil liderazgo, en el seno de la lucha fratricida de las distintas orientaciones peronistas, propició un golpe de Estado militar en 1976.

La conducción de Fernández de Argentina mostró el cuan equivocado estaban quienes apostaban por su hundimiento. No solo no hubo el apocalipisis kirchnerista, como éste ganó una cierta evolución, que podría ser llamada de cristinismo.

Con Fernández sola en el comando del ejecutivo, el clima político en Argentina se apaciguó. La oposición perdió fuerza. El siempre complicado trato con la CGT del chantajista Hugo Moyano nunca se le fue de la mano - poco peso tuvo la CGT en la lista de candidatos a diputados en las recientes elecciones, por ejemplo - y los gobernadores e intendentes no se la tragaron con exigencias de partidas presupuestales.

Es verdad que la bonanza económica con que terminó 2010 y que se ha extendido en 2011 ha facilitado el trabajo de la presidente. Pero, ella también supo dar color a su mandato, elevando aun más su cota de carisma sobre la población. A cada discurso y aparición pública, Fernández enseñaba toda su fortaleza, habilidad y su seguro manejo a frente del ejecutivo. La platense demostró que era la líder por antonomasia.

El éxito de Fernández, entretanto, no fue una sorpresa. Ella nunca fue una marioneta de su esposo, muy por el contrario. Para quien tiene un poco de memoria sabe que antes de Kirchner ser candidato y ser presidente, la que más lucía del matrimonio, en términos nacionales, era ella. Como diputada nacional, a partir de 1995, y como senadora nacional, a partir de 2001, siempre tuvo un perfil alto, destacándose como una de las legisladoras más influyentes del país - fundamentalmente en el final de la presidencia de Carlos Menem, cuyo gobierno tuvo apoyo de ella y de su marido, pero del cual se desmarcaron antes de su ocaso.

Aunque Fernández siempre haga referencia a Kirchner en sus discursos – dándole, incluso, un tono celestial, reemplazando su nombre por el pronombre él – ella propia, quizá, reconozca, pese a que sea solo en su íntimo, la frescura que ganó su mandato tras la muerte de Kirchner. Creo que él no habría obtenido, por ejemplo, la abrumadora votación que alcanzó Fernández en las presidenciales del último domingo.

Si el kirchnerismo representó un salto cualitativo del trasnochado peronismo, sin perder algunos de sus defectos, el cristinismo está demostrando ser la etapa superior del kirchnerismo.

miércoles, 26 de octubre de 2011

POSITIVO, MAS NÃO O SUFICIENTE


A decisão do STJ de dar luz verde ao casamento de duas homossexuais, sem dúvida, é um fato histórico para este coletivo, tão discriminado no tão homofóbico Brasil. Todos aqueles que defendem as liberdades civís e individuais devem regozijar-se.

Entretanto, ainda que abra jurisprudência, o julgamento do STJ não basta para igualar os direitos dos homossexuais em relação à maioria heterossexual. Para isto seria necessária uma lei que oficializasse de maneira clara e cristalina a permissão de matrimônio e união de fato de casais homossexuais.

Sem uma lei que habilite o matrimônio igualitário os homossexuais terão sempre que recorrer à justiça para que possam casar-se. O que gera gastos com advogados, perda de tempo e desgaste psicológico. Ou seja, continuarão sendo discriminados.

Atualmente o debate sobre o casamento igualitário está parado na Câmara de Deputados. O autor do seu projeto, Jean Wyllys, conseguiu somente 90 assinaturas de seus pares para que fosse iniciada sua discussão, quando o mínimo para que isto ocorra são 171 firmas de deputados.

Infelizmente, é difícil perspectivar que os parlamentares brasileiros aprovem o casamento igualitário. Primeiro porque a maior parte dos deputados tem uma visão retrógada do mundo – alguns são, mesmo, assumidamente homofóbicos e fazem gala de sê-lo. Segundo porque inclusive muitos dos que são sensíveis ao princípio da liberdade individual não teriam coragem de votar a favor, com medo de sofrerem retaliações por parte dum eleitorado reacio aos direitos dos homossexuais.

A legalização do matrimônio igualitário poderia ser fundamental para diminuir o preconceito em relação aos homossexuais no Brasil, podendo servir como efeito pedagógico para a população dum país que ainda mantem um pensamento muito conservador.

Como pouco pode-se esperar da medrosa e preconceituosa classe política brasileira, os homossexuais, ao menos, terão, agora, o amparo da Justiça. Algo importante, mas sem o alcance prático e, principalmente, simbólico necessário.

LA NECESARIA VUELTA AL PASADO



Ayer Uruguay, en su Cámara de Senadores, debatió el pasado. Un pasado de terror que vivió entre 1973 y 1985, en el periodo de la dictadura militar que asoló al país. Este pasado, pese al hecho de quedarse cada vez más lejano, todavía deja una gran herida en la sociedad: la impunidad de los responsables por los crímenes cometidos en esta época.

Lo votado y aprobado ayer por los senadores del Frente Amplio, la eliminación de la prescripción de los crímenes de lesa humanidad de la dictadura (que podría entrar en vigor a partir del 1 de noviembre) y el restablecimiento del pleno ejercicio de la pretensión punitiva del Estado para estos delitos, devuelve a Uruguay condiciones de cicatrizar la herida que significa, actualmente, la no punición de los genocidas de la dictadura. Solo las "cabezas" del régimen, como los dictadores Juan María Bordaberry y Gregorio Álvarez, fueron punidas.

Ahora faltará que Diputados corrobore la decisión de la mayoría de senadores, dando el último paso antes de que la justicia pueda empezar a investigar todos los abusos perpetrados por la Junta Militar que gobernó Uruguay durante doce años.

La oposición, que votó en contra del proyecto que acabó con la prescripción de los crímenes de la dictadura, tenía como principal argumento el hecho de que los uruguayos, en referendo, por dos veces, ya habían rechazado que los represores de la dictadura pudiesen ser juzgados.

Desde el Partido Nacional y del Partido Colorado se dice que volver a este tema es ir en dirección contraria a la democracia y la voluntad del pueblo.

De modo simplista se podría dar razón a la oposición. Al fin y al cabo, las veces en que los uruguayos fueran consultados a respecto del tema, decidieron mantener la Ley de Caducidad, aprobada por la neófita democracia uruguaya en 1986, que blindaba los juicios a los genocidas.

Entretanto, es deber del Estado llevar a cabo acciones que, aunque no teniendo respaldo popular, establezcan la justicia, que no puede estar a merced de mayorías o minorías. Esta obligación debe ser cumplida, incluso, por una cuestión internacional, ya que la Corte Interamericana de los Derechos Humanos instó a Uruguay a juzgar los crímenes de lesa humanidad de la dictadura.

Volver al pasado es esencial cuando el pasado todavía rebota en el presente. Quienes hacen parte del presente uruguayo deben ser sensibles para no permitir que el olvido sea recordado como la principal herencia de la dictadura militar. Los más atroces asesinos y torturadores que tiñeran de sangre y horror al país y quienes sufrieron en sus manos no se lo merecerían.

lunes, 24 de octubre de 2011

BURBUJA PERONISTA


Sumándose los votos obtenidos por los tres candidatos del PJ en las presidenciales del 23 de octubre, el partido fundado por Juan Perón cosecha casi 70% de los votos validos. Es decir, un resultado que superaría la mejor marca del propio Perón, 62,5%, en su reelección en 1951.

Entretanto, hacer una lectura justicialista de esta abrumadora mayoría sería un equívoco. Los varios bloques que usan el sello PJ poco tienen en común más allá de autoproclamarse peronistas.
Hoy día, el peronismo son dos grupos, que, a su vez, se subdividen. Hay el peronismo oficialista, el Frente por la Victoria, que acaba de renovar su poder en el ámbito nacional, con Cristina Fernández. Y hay el peronismo opositor, el llamado peronismo federal, que en las elecciones estuvo dividido en dos candidaturas, la de Adolfo Rodríguez Saá y Eduardo Duhalde.

Si la división del PJ fuese solo por cuestiones de matices no habría tanto drama. El problema es que es una división de visiones de país y de mundo que difícilmente podrán conciliarse en un núcleo común de una parte de la sociedad.

El FpV, con sus vaivenes no libres de contradicciones, supuso una ruptura - desde que Néstor Kirchner llegó al sillón de Rivadavia en 2003 - con los tiempos menemistas (pese al pasado filomenemista de muchos, con la presidente Cristina Fernández y su fallecido marido, a la cabeza) cuando lo financiero y lo especulativo primaban sobre lo social y lo productivo. Ya el PJ no identificado con el FpV ha pasado los últimos años combatiendo las orientaciones progresistas de su gobierno, anclándose en la oligarquía del campo y en los medios dominantes.

Pero, la dicotomía peronista del siglo XXI no se resume a los que son oposición y a los que son gobierno. El FpV presenta actores políticos con significativas diferencias. Así podríamos resumir la fuerza fundada por Néstor Kirchner: una fuerte isla progresista (concentrada en el Gobierno de la Nación), cercada de conservadurismo por todas las partes (gobernadores provinciales, intendentes del conurbano).

De momento, conviene tanto a kirchneristas de izquierda, como a kirchneristas de derecha la manutención de una alianza. Los primeros mantendrán su red de apoyo para la continuación, sin palos en las ruedas, de su proyecto de país. Y los otros seguirán gozando de los beneficios de estar juntos al gobierno central, principalmente en lo que se refiere a la destinación de fondos fiscales para sus provincias e intendencias.

Quizá, llegue un momento en que la cohabitación ideológica en el FpV no pueda tener más lugar. Mucho va a depender de los rumbos tomados por el gobierno en los próximos años. Si hubiere una profundización del modelo progresista, y, principalmente, si hubiere una búsqueda por la transparencia institucional, intereses podrían ser afectados, generando fisuras en el kirchnerismo.

Es verdad que el peronismo siempre tuvo grandes contradicciones, comenzando por el mismísimo Perón. Pero, la consolidación de la democracia, en un periodo que ya va sumando décadas, podría hacer con que Argentina se encaminase hacia una mayor claridad política. Esto supondría el fin del propio peronismo. O el fin del peronismo pejotista si se quiere.

domingo, 23 de octubre de 2011

LA FUERZA DEL VOTO


El acto de entrar en el cuarto oscuro para expresar qué parte política de la sociedad uno quiere en el ejecutivo y legislativo municipal, provincial o nacional no es un fin en si mismo. No es solo ello que hará con que la democracia funcione. El voto tampoco está totalmente protegido, muy por el contrario, de amaños que lo desvalorizan en cuanto símbolo máximo de la igualdad entre los ciudadanos.

Votar puede costar mucho o poco. Depende de cómo se lo mire. Para unos será visto como perder algunas horas o minutos de un precioso día de descanso semanal (para muchos el único que tienen). Otros relativizarán esta perdida en nombre del civismo.

Por detrás del voto podrá haber fuerzas ocultas ajenas al ciudadano, pero aceptadas por él. Si el voto en sociedades nominalmente demócratas existe para la elección libre de los representantes del pueblo, infelizmente, su ejercicio práctico puede significar relaciones promiscuas que violan su razón de ser en algunas circunstancias.

Cuando los candidatos no dan esperanza el voto puede ser una enfadada opción por el menos malo. Y cuando éste amplifica lo malo en su mandato el voto podrá traer un gran lamento venidero.

Hay quienes voten por votar, desdeñando lo que debería venir antes, concienciación y reflexión. Y quienes que, por más informados que intenten estar, son engañados por el proselitismo electoral.

Entretanto, a despecho de los varios defectos que tiene el voto, hasta ahora no han inventado otra forma de participación tan abarcadora y plural como él. Es por medio del voto que la población tiene la posibilidad de tener la última palabra a respecto de quienes la gobernarán.

Es verdad que en los últimos tiempos mucho se está poniendo en entredicho el poder de gobernabilidad de los políticos electos, que los reales gobernantes serían los mercados financieros. Pero, aun así, en términos oficiales son los políticos que tendrán la última palabra. Son ellos que están facultados a llevar a cabo cambios y es el voto que les concede esta autoridad.

La Argentina que va a votar hoy está lejos de ser un modelo de transparencia electoral. Acusaciones de fraude y soborno ciertamente van a existir en este largo domingo. A ello se junta el siempre puesto en causa sistema de múltiples boletas, que dificulta la tarea de quienes no quieran votar en todos los candidatos de una misma alianza, partido o fuerza política.

Las elecciones de este 23 de octubre tienen, en sus principales escrutinios, los vencedores casi ya desvelados, en razón del macro y real sondeo que acabaron siendo las primarias de agosto.

Por más fallas que tenga el sistema electoral argentino y por más conocidos que sean los triunfadores, el día de hoy es fundamental para el país. A nivel nacional y para muchos a nivel provincial y municipal es a partir de hoy que los agentes políticos de la democracia argentina ganarán o ratificarán su legitimidad. Y es hoy que los que no están de acuerdo con los que vayan a ganar podrán expresar su rechazo hacia ellos – pues participar perdiendo también es civismo.

El solo hecho de votar es muy corto para una democracia, pero, esto es parte ineludible de ella, incluso cuando ésta no le guste a uno.

¡Qué los argentinos tengáis un lindo día electoral!

LO QUE ETA (NO) DEJARÁ


El fin de ETA o, al menos, la declaración de que no volverá a la lucha armada, trajo alegría a un país deprimido por la crisis. Aunque el terrorismo etarra, por su endeblez de los últimos años, no fuese más visto con la preocupación de ataño, la sola existencia de la banda terrorista seguía siendo una mancha en la democracia española.

Sería de esperarse que toda clase política y mediática de España se regocijara con la capitulación práctica de ETA. Sería de esperarse si España fuera un país en que el terrorismo no fuera un arma proselitista.

El PP, sus satélite mediáticos y AVT están en la primera línea del rechazo a la celebración sobre el fin de ETA – aunque no todos del partido de la gaviota hayan querido ser aguafiestas, con el líder del partido, Mariano Rajoy, a la cabeza de los que sí valoran lo anunciado por ETA.

El discurso agorero, tal vez para no querer dar réditos al gobierno del PSOE, es que no se puede confiar en ETA y que mientras ésta no se disuelva totalmente la sociedad no podrá estar tranquila.

No ven, o no quieren ver, lo trascendental e inédito que significó las palabras “cese definitivo de la actividad armada” por parte de ETA el último jueves. Principalmente porque no nace de generación espontánea. Fue gestado durante años, en conferencias, reuniones públicas o privadas y entrevistas. En el entorno de ETA ya nadie soportaba o creía viable la alternativa terrorista para luchar por la independencia del País Vasco.

ETA ya no podrá hacer nada. Tiene pocos miembros y apoyo. Tácitamente ha tirado la toalla – solo no puede admitirlo expresamente. Su única preocupación es cómo será la liberación de sus presos.

El fin de ETA es benéfico para todos que tienen aprecio por la democracia. Quizá no convenga tanto a los que usaban a ETA para quitar legitimidad a los partidos independentistas y nacionalistas vascos. Ahora ya no podrán más mezclarlos con los terroristas.

Tampoco el terrorismo podrá más ser usado como política electoral. Ahora que el miedo a ello estará enterrado por completo, jamás se verán editoriales y discursos políticos denunciando supuestas tibiezas de gobiernos en su política antiterrorista.

El fin de ETA, por tanto, además de significar el fin de las muertes de inocentes por un grupo de fanáticos, también traerá más normalidad y menos tremendismo al funcionamiento de la vida política y mediática vasca y española.

lunes, 17 de octubre de 2011

LAS RAZONES POR LAS CUALES NO CELEBRO LOS CUMPLES


Hoy es mi cumpleaños. En general, la gente considera el día de su cumpleaños como el más especial en su vida. Por esto una gran parte intenta, de alguna manera, celebrarlo. Muchos, incluso, organizan grandes fiestas – las más sonantes son las que aún hacen las quinceañeras (más bien sus padres), que, para la mala suerte de la cultura cursi, tienen mucho menos prestigio que en el antaño.

Yendo en contramano de la sociedad, no me sensibilizo en demasía con los cumpleaños. Por esto, al contario de la inmensa mayoría del mundo no los celebro. Este comportamiento, que sería más bien un no comportamiento, puede generar una mirada rara por parte de los demás – no de todos, es claro.


Desde mi punto de vista, los cumpleaños tienden a valorar al individuo. Y yo prefiero valorar al colectivo. El individuo solo nada es. Solo fluye porque existieron y existen otros individuos - pese a que haya muchos que también atasquen esta fluidez. Dentro de este prisma, creo que solo los hechos históricos que cumplen años, los aniversarios, deberían ser festejados.


Los hechos históricos advienen de alguna fuerza colectiva. Su celebración, a par de la conmemoración, puede mantener vivo su recuerdo a lo largo de los años.


Entretanto, mi rechazo a la celebración de los cumpleaños no me lleva a ser totalmente indiferente a ellos. Pienso que no está mal que puedan ser conmemorados. O sea, que uno, de manera sencilla, lo tenga presente en su mente. O que los otros llana y lisamente saluden al cumpleañero.


En realidad, celebrar o no cumpleaños no es algo trascendental. Cada uno tiene su propio sentimiento y su visión. Lo más importante es que cada uno sea respetado, aunque cuando no esté de acuerdo con el otro. Al fin y al cabo, festejar cumpleaños es tan baladí como no festejarlos. Así que, entonces, amantes de las celebraciones de cumpleaños, no os molestéis conmigo por mi actitud pasiva ante los cumpleaños, pues yo no me molesto con vosotros por vuestra actitud activa ante ellos. ¿Vale?

viernes, 14 de octubre de 2011

FUTURO INCIERTO EN EL FA


Esta ha sido la semana de las sorpresas en la vida política uruguaya. El ex presidente Tabaré Vázquez ha sido un verdadero Huevo Kinder. Primero por sus revelaciones sobre su pedido de ayuda, en 2006, al gobierno de EEUU, comandado, entonces, por George W. Bush (en términos internacionales el presidente americano más defenestrado de la historia) en caso de que Argentina llevase a cabo una, sin duda, irrealista acción militar contra sus vecinos rioplatenses. Segundo por la consecuencia que él propio ha extraído del aluvión de críticas que ha recibido (de la oposición y del FA), anunciando su retiro de la política activa.

La retirada de Vázquez podrá causar un gran problema en las perspectivas electorales del FA. Vázquez sería el candidato de la coalición en las elecciones presidenciales de 2014. Como terminó su periodo en la presidencia con un altísimo grado de aprobación, Vázquez sería favorito absoluto. Hasta esta semana la única duda en el FA era saber quién acompañaría a Vázquez como compañero de fórmula.

Si fuere confirmada la renuncia de Vázquez, el FA tendrá que encontrar su candidato, quizá, en las elecciones primarias (si no haya un acuerdo previo a éstas) tal como en las presidenciales de 2009. El problema es que nadie en el FA había, mínimamente, sopesado ser candidato a presidente, mientras la oposición ya tiene varios nombres en el calentamiento rumbo al escrutinio.

Lo más probable es que hubiese un enfrentamiento en las primarias del sector más progresista del FA contra el más conservador.

Aunque no sea seguro, sería del equipo gubernamental que saldría el candidato o los precandidatos. Los ministros son los más expuestos en los medios y cuyo trabajo puede relucir más, algo imprescindible para un respaldo electoral.

Quizá, la única no ministra que podría tener peso para una candidatura es la diputada Lucía Topolansky, que es hoy casi una portavoz informal del gobierno de su marido José Mujica. El nombre de Topolansky, incluso, estaba siendo discutido para ir junto a Vázquez como vice en 2014. Las pegas a una Topolansky candidata sería una posible comparación a la habitualmente criticada Argentina, cuya sucesión presidencial en 2007 fue cosa de familia (con posterior apoyo popular, claro).

Entre los ministros, los más populares serían los que más reunirían condiciones para ser el candidato frenteamplista. Por este prisma, según la empresa Datamedia, el ministro de Turismo y Deportes, Héctor Lescano saldría con una buena ventaja. Es el que tiene mayor aprobación (71%). Pero, Lescano tiene, en realidad, un perfil bajo y sus popularidad es advenida más de los éxitos de la selección uruguaya de fútbol. Pese a no tener participación directa en la AUF está siempre apareciendo en los medios por algo muy caro a los orientales.

De los demás ministros, los que siguen a Lescano en aprobación popular son Fernando Lorenzo (58%), de Economía; Enrique Pintado (56,5%), de Transportes; Tabaré Aguerre (55,1%), de Ganadería; y Daniel Olesker (49,9%) Desarrollo Social. Como la otra variante importante es el nivel de conocimiento de la ciudadanía, de éstos, Lorenzo, tal vez, sea el más favorecido, pues es conocido por 52,3% de la población.

Otro que podría ser especulado es el vicepresidente Danilo Astori, a despecho de un posible rechazo del ala más izquierdista del FA.

Entretanto, todo el misterio sobre la candidatura del FA en 2014 solo seguirá vigente si Vázquez mantuviere su palabra. Solo el futuro dirá si Vázquez mantendrá su salida de escena de la política o dará una vuelta atrás. La oposición, con el líder de la colorada Vamos Uruguay, Pedro Bordaberry a la cabeza, ya dijo que no le cree en nada al oncólogo.

Mientras los opositores PC y PN, seguramente, “hincharán” por que Vázquez salga de la política, para aumentar sus posibilidades de ganarle al FA en 2014, éste estará pendiente de que Vázquez reconsidere su drástica decisión, para que pueda tener un camino más fácil en el próximo escrutinio.

jueves, 13 de octubre de 2011

¿PARA QUÉ FUERZAS ARMADAS EN URUGUAY?


“El Comandante de la Fuerza Aérea me dijo: ‘tenemos cinco aviones y combustible para 24 horas; si salen nuestros cinco aviones no vuelve ninguno’”. Así, Tabaré Vázquez se desahogaba ante los ex estudiantes del Colegio Monte VI. Con tan pobre material bélico Vázquez ponderó que no había otra que pedir socorro previo a EEUU si Argentina declarase guerra a Uruguay, en el segundo lustro de la década pasada, en razón de la instalación de la papelera ex Botnia (hoy UPM).

Más allá del disparatado temor del ex presidente oriental - hay que haber mucho más motivos para algo de la extremidad de una guerra que un conflicto ambiental, fundamentalmente entre países con tantas cosas en común - y del bochorno que significó arrodillarse ante un gobierno de poco respeto ante las leyes internacionales, como el del entonces mandatario americano George W. Bush, la confesión del oncólogo debe servir para la vuelta de un debate: la relevancia de Fuerzas Armadas en Uruguay.

Si las Fuerzas Armadas de un país solo le alcanzan para un día de combate en una imaginaria guerra, ¿por qué razón hay que mantenérselas?

Como muy bien ya aleccionó Óscar Arias, ex presidente de Costa Rica - una nación solo un poco más grande que Uruguay - al presidente José Mujica, en una carta enviada al jefe del ejecutivo uruguayo el año pasado, las Fuerzas Armadas, principalmente para un país pequeño, “son perversas”.

Costa Rica no tiene ejército desde 1948. Arias quiso sumar a Uruguay en un muy pequeño club de Estados sin Fuerzas Armadas. Serían los adalides de la paz.

En su misiva, Arias razonó que Uruguay “no gana nada con un aparato militar que jamás será más poderoso que el de sus vecinos, que además son países democráticos”. También dijo que “Uruguay no logrará jamás ganar una carrera armamentista contra Brasil, Colombia, Argentina, Chile y Venezuela”.

La respuesta del gobierno (y de la oposición) fue que Uruguay necesita de Fuerzas Armadas para combatir problemas de frontera, como tráfico de drogas y de armas.

La solución a ese problema sugirió Arias en entrevistas a medios uruguayos sería encontrada en los cuerpos de policía, que podrían muy bien reemplazar al ejército en esta tarea.

Ciertamente la disolución de las Fuerzas Armadas encontraría resistencia en los propios componentes de éstas. Entretanto, no tendrían cómo oponerse si un gobierno llevase esto a cabo – excepción hecha si hiciesen un golpe de estado.

Como dijo Arias el combate que Uruguay deberá trazar es contra la “pobreza y la desigualdad”. Todos los recursos financieros hacen falta para este desafío, no pudiendo ser utilizados en cosas que no sirven para casi nada práctico, como las Fuezas Armadas.

La charla de Vázquez en Monte VI enseñó, aunque no hubiese sido esta su intención, que es en balde lo erogado con las Fuerzas Armada, mostrando así que el consejo de Arias estaba lleno de razón.

sábado, 8 de octubre de 2011

INTENTANDO ENTENDER A OMAR FREIRE


Pocas personas que han intervenido o han intentado intervenir en la vida pública uruguaya han generado tanta risa como Omar Freire. Con su movimiento, que tiene como bandera la “liberación masculina”, Freire, que hasta quiso ser candidato a presidente de Uruguay, se ha tornado una figura célebre – aunque sea por lo ridículo.

Entre las propuestas de Freire se incluyen la creación de un campo nudista; un plan para los que él denomina de “indigentes sexuales”; y el fomento al turismo sexual y de las drogas.

Para la inmensa mayoría de los uruguayos, Freire no pasa de un loco, desequilibrado y pervertido, y solo le hacen caso para pasar un momento de diversión mientras miran la tele, como cuando fue entrevistado hace algunos días por el programa Cámara Testigo de Canal 12 (http://www.youtube.com/watch?v=RbXe2rR_gug), después de algunos años en el olvido mediático.

La ideología freirista parte del principio de que el hombre, en general, sería oprimido por la mujer. Que esta tiene el poder de decir sí o no a los deseos, principalmente sexuales, masculinos.

Para Freire las mujeres desde que pudieron adquirir derechos que les eran negados antes pasaron a portarse como seres egoístas que desdeñan a los hombres, que siempre deben estar a merced de su veredicto para el acto carnal. Él quiere que a cambio de sus conquistas las mujeres sean más benevolentes con los hombres. Para esto, Freire, incluso, sugería que estas fuesen obligadas a la práctica del coito cuando los hombres lo quisiesen. Ahora Freire plantea que sea el Estado el que permita el acceso al sexo de los hombres, subsidiándoles pagos a prostitutas.

Sin duda que lo planteado por Freire no tiene la menor cabida en cualquier sociedad mínimamente democrática. Y que solo se puede tolerar lo que dice por ser inofensivo en razón del nulo apoyo que tienen sus ideas.

Pero por detrás de sus absurdos razonamientos habría cosas que nos pueden hacer reflexionar. En concreto, en términos sociológicos, la correlación de fuerzas de hombres y mujeres en el sexo.

La supuesta potestad femenina en relación al sexo es vox populi. En general, las mujeres eligen y los hombres son electos.

Un paradigma de esto es lo que ocurre en la mayoría de las discotecas. Mientras los hombres van a por las mujeres, intentando, como reza la jerga popular rioplatense, levantárselas, estas nada tienen que hacer. A los hombres les cabe la obligación de, por medio de un gran palabrerío, convencer a las mujeres para que se queden con ellos.

Es muy extendido lo de que si una mujer quiere sexo lo logra fácilmente. Ya un hombre, incluso si sea estéticamente bien constituido, siempre tendrá una gran incerteza a respecto de esta posibilidad.

Es verdad que ni todas las mujeres tendrán tan abierto el camino hacia el coito. Claro que dependerá mucho del físico de cada una. Pero hasta las que no son bonitas no tienen tan difícil el tema.

Viendo la situación desde este prisma se podría llegar a la conclusión que el sexo es más una necesidad masculina que femenina, que el hombre tiene más disponibilidad al sexo de que la mujer.

En realidad, para las mujeres el sexo es tan importante que para los hombres y parte de ellas no tienen preocupación que la relación sexual no sea conjugada con una relación sentimental. Pero ellas no son tan primarias cuantos los hombres para que acepten hacer sexo.

Aunque tratándose solo de sexo casual, las mujeres exigen un tiempo mayor y un conocimiento mayor de los hombres pretendientes. Son estadísticamente pocas las que harían sexo nomás. Sin el popular chamuyo, grande o pequeño, o la famosa invitación en una salida o en una boliche, es muy difícil entablar cualquier contacto carnal con una mujer. Una prueba de esto es que los hombres que ejercen la prostitución casi no tienen como clientes a mujeres. Solo a otros hombres.

Los hombres, por lo contrario, la gran mayoría, al menos de los solteros, practicaría el coito con cualquier desconocida, sin que hubiese el menor cambio de palabras mínimamente desarrolado. Un programa de la televisión británica hace tres años mostró bien eso. Puso un hombre y una mujer en la calle. Los dos, en momentos distintos, tenían la siguiente tarea, proponer la copulación a las personas de sexo distinto que iban pasando. Mientras el índice de aceptación de los hombres fue altísimo el de las mujeres fue cero.

Para muchos hombres estas contradicciones pueden causar frustraciones, ya que el sexo es visto casi como una actividad básica de la vida. Los que no saben cómo encontrar la dirección para el coito, a veces, tienen como única opción su práctica en cambio de plata, es decir pagando una prostituta, como confiesa que lo hace el propio Omar Freire.

No dejemos de dar carcajadas con el viejo Omar. Pero seamos serios en discutir temas que vienen a colación de su tesis, aunque podamos tirar a la basura la gran mayoría de ella.