viernes, 28 de febrero de 2014

IDH, RELIGIÓN Y HOMOFOBIA

El mundo, al menos el llamado mundo occidental, se espantó esta semana con una ley profundamente homofóbica aprobada en Uganda, que condena a los homosexuales a la prisión perpetua.

Lo peor es que Ugunda no fue el primer país del mundo con un ley tan cruel como esta. Otros 16 países también condenan de por vida a quienes tengan prácticas homosexuales. Como es el caso de Birmania, Sierra Leona, Togo, Santo Tomás y Príncipe, Tanzania, Barbados, Guyana, Pakistán y Sudán y Sudán del Sur, Mauritania, Nigeria, Somalia, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Yemen e Irán (aunque los diez últimos tengan una ley menos rigurosa, solo puniendo a los homosexuales en casos específicos). Además hay varios otros países con leyes en su código penal de carácter homofóbico. Principalmente en África.

La mayoría de estos países tienen en común dos cosas. Bajo IDH  y mucha religiosidad. Sea de raíz cristiana sea de raíz islámica. Estos dos factores son los que más impulsionan a que la clase de política de un país lleve a cabo medidas de clara persecución a los homosexuales.

País en que la población tiene renta per cápita baja, mala salud y educación son más proclives a dejarse arrastrar por el prejuicio de orientación sexual. Si dentro de este contexto hay una fuerte presencia del componente en sí discriminatorio, en razón de sus dogmas, como es el religioso, principalmente en su versión más extremista, lo anterior tiene más posibilidades de potenciarse.

La contracara de esto son los países que más respetan la diversidad sexual en el mundo, que son los ubicados en Europa Occidental, donde las sociedades están más secularizadas que en el resto del mundo y donde el IDH promedio es de los mejores del mundo.

Mientras haya países sumidos en la ignorancia, pobreza y cooptados por creencias sectarias, muchas personas pagarán con la libertad por la simple razón de su naturaleza sexual. Un auténtico medievo en pleno siglo XXI.