domingo, 8 de octubre de 2017

CATALUÑA Y KURDISTÁN

Quiso la coincidencia de la historia que Cataluña y el Kurdistán hubiesen llevado a cabo consultas de autodeterminación en fechas muy cercanas. Uno el 1 de octubre y el otro el 26 de septiembre.

Otro hecho en común entre ambos es que sus votaciones fueron realizadas a margen de la legalidad de los Estados de los cuales hacen parte y de los cuales sus promotores quieren separarse. Tanto España como Irak las rechazaron de plano. Asimismo, tanto en el Kurdistán como en Cataluña no hubo un censo propiamente dicho por la total oposición de Bagdad y Madrid.

Pero hay grandes diferencias entre el Kurdistán y Cataluña. La principal es que el primero tiene más control administrativo y judicial del territorio y, principalmente, un ejército propio, el Peshmerga. Cataluña no. Tanto que mientras en el Kurdistán su plebiscito tuvo lugar sin ningún tipo de medida de fuerza de parte del gobierno central iraquí, siendo realizado pacíficamente, el referéndum de Cataluña fue realizado en medio a un gran despliegue de las fuerzas de seguridad españolas que tenían la orden de cerrar los colegios electores, generando casi 900 heridos e imágenes de violencia poco comunes en una democracia europea.

Tener una defensa propia hace con que al menos el Kurdistán pueda pelear por la independencia, pese a las complicaciones que podría tener si esa llegase a ser efectiva, puesto que sus vecinos Irán y Turquía y, claro, el propio Irak, prometen ejercer una gran hostilidad en su contra, cerrando el espacio aéreo y el comercio.

Además, no es un simple ejército el que tienen los kurdos. El Peshmerga es de las fuerzas que más han contribuido para que el temido Ejército Islámico esté siendo derrotado en territorios de varios países de la región en que está instalado y que también tienen poblaciones kurdas.

Ya Cataluña, aunque sea mucho más desarrollada que el Kurdistán, no tendría ninguna posibilidad de reaccionar ante España si esta quiere, como es casi seguro, impedir su independencia en caso de que sea proclamada. No tiene nada más que su policía autonómica, los Mossos d'Esquadra, que, aun así, salvo una rebelión, tendrían que seguir las órdenes del gobierno de España.

Adicionalmente, aunque fuera posible, cualquier conflicto armado sería, seguramente, demasiado para el pueblo catalán. Diferentemente del pueblo kurdo, acostumbrado a guerras, los catalanes no cambiarían la paz y su relativo bienestar por una guerra independentista (al menos de momento).

Otra significativa distinción es que la sociedad catalana es mucho más dividida que la kurda a respecto de querer la secesión. Solo algo más de la mitad del Parlament es compuesto por separatistas, aunque el independentismo pueda haber crecido en los últimos días, tras la represión del Estado español en el día del referéndum y en sus días previos. En el Kurdistán hay claramente una gran mayoría independentista. Casi todo el parlamento kurdo es formado por separatistas.

En términos de apoyos internacionales, los kurdos también presentan una ventaja ante los catalanes. Israel le da respaldo. Puede ser muy poco ante tanto rechazo de sus vecinos. Pero mucho a respecto de Cataluña, que no tiene el apoyo abierto de ningún país. Solo tiene la simpatía de muchos de los pueblos del mundo, principalmente de la izquierda global (a despecho de que el movimiento independentista catalán sea ideológicamente transversal). Y lo principal a respecto del tema. Para Cataluña la independencia supondría un duro varapalo, la salida automática de la UE. Puesto que como nuevo Estado europeo, Cataluña tendría que pedir su adhesión, que solo sería aceptada si hubiese unanimidad entre sus miembros. Algo inimaginable. Al menos a corto plazo.

Es difícil imaginar cuál será el desenlace de los dos casos. Pero teniendo en cuenta los resortes de cada uno, es mucho más probable que los independentistas kurdos logren su objetivo mucho antes de que los catalanes. Si es que un día un día estos alcancen el suyo.

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