lunes, 21 de marzo de 2011

MANUAL DE USO DE TWITTER


Hace cinco años Twitter ganaba vida activa. Aunque su “fundación” haya tenido lugar el 14 de marzo de 2006, el primer mensaje en Twitter solo fue escrito ocho días después.

Desde entonces, el número de personas que han creado una cuenta en la red social del pajarito ha crecido exponencialmente, teniendo hoy más de 145 millones de usuarios.

Entretanto, una gran parte de estos millones no lo sabe usar, realmente. Por esto Twitter sufre de algunos prejuicios. Muchos de los que no lo utilizan o que no lo conocen lo suficiente dicen que Twitter es solo un medio donde las personas despojan sus frivolidades y sus miradas hacia el ombligo. Que sirve solo para que uno diga cosas baladíes, tal como “me desperté”, “qué rico estaba el almuerzo”, “salgo del trabajo”, “qué día bonito hace hoy”, etc.

La verdad, aunque para muchos usuarios Twitter puede resumirse a esas banalidades, el sitio es mucho más que eso. Todo depende de cómo uno lo use y de cómo es la correlación de fuerzas entre los que escriben cosas fútiles y los que escriben cosas con un mínimo de relevo público.

La gran atracción de Twitter es, justamente, su limitación. O sea, que uno solo pueda hacer una intervención de hasta 140 caracteres. Esto permite una gran interactividad entre seguidores y seguidos, en razón de lo corto que son los mensajes, que facilita un expedito acompañamiento de los seguidos.

También el propio concepto semántico de los contactos y la naturaleza práctica de ellos es mucho más evolucionado que en otros sitios de relación social, donde estos llevan el exagerado nombre de “amigo”, aunque algunos no pasen de simples conocidos. Y quien es seguido no necesariamente tiene que seguir al seguidor.

Pero mucho más deberían entender de la comunicación en Twitter sus usuarios, incluso muchos de los que no quieren hacer de él un medio insignificante para el debate público.

Es verdad que para una óptima utilización de Twitter hace falta más que buena intención. Es necesario que se sepa qué es la comunicación social. Por otras palabras, qué puede tener interés público.

Lo importante es que lo que se escriba en Twitter añada algo a quien lo esté leyendo, sea por medio de una opinión de carácter más serio, sea por medio de un chiste o de una ironía. Las formas pueden ser variopintas.

Básicamente, quien escribe en Twitter debería pensar, ¿esto a mí me acrecentaría o me sorprendería si fuese yo el lector de mi mensaje? ¿Lo que escribo es redundante o conlleva cosas mínimamente nuevas a lo que ya ha sido dicho antes?

Partiendo de esta premisa, los mensajes que se limitan a ser enlaces de textos exógenos al mensajero deberían ser evitados. Solo si a parte del enlace viniese incluido un comentario.

El usuario debe pensar que lo que escriba él no se podrá leer en cualquier otro lugar o que difícilmente sería descubierto por sus seguidores. Por esto son desnecesarias informaciones que nada más son que reproducciones de noticias vehiculadas en otros medios. Un ejemplo es poner resultados de juegos de fútbol sin más. Quien está interesado en el partido, puede consultar a un sinfín de sitios que están acompañando al encuentro. Pero si además del resultado el mensajero hace un comentario, perfecto.

La estética de Twitter también debe ser respetada. Una intervención no deber contener puntos suspensivos ni un (cont.) para luego ser terminada en otra, para obviar el límite de 140 caracteres.

Entretanto, una intervención puede tener su continuación temática en otro mensaje, desde que la primera y las otras puedan ser leídas y comprendidas aisladamente. Os pongo un ejemplo de lo que escribí en el día del sorteo que definió el cruce de los cuartos de final de la Copa Europea de Clubes, que se encaja en esto. En un mensaje escribí: “Me gusta que el Barça y el Madrid no puedan verse las caras en la final.” En el otro a continuación escribí: “Prefiero que el Barça juegue contra el Madrid en dos partidos. En dos partidos la victória del más fuerte es más probable que en uno”. Aunque la segunda estuviese complementando la primera, ésta no dependía de aquella para tener sentido. Es verdad que para el lector podría haber quedado la interrogación, viendo solo el primer mensaje, del motivo por el cual el mensajero se quedó satisfecho que el Barça no pueda hacer la final, que es en partido único, contra el Madrid. Pero, no todas las intervenciones deben tener una justificativa. Basta con que tengan sentido.

(Claro que estos patrones no necesitan ser seguidos en un mensaje individual, en que el blanco es la comunicación con solo una persona).

Independientemente de lo mucho que deben aprender sus usuarios, Twitter ya es la herramienta más dinámica de comunicación social desde que Guttemberg inventó la imprenta. Con la buena voluntad y discernimiento de sus mensajeros se tornará aun mejor.

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