domingo, 8 de agosto de 2010

MARADONA VS GRONDONA Y BILARDO: UNA SÍNTESIS DE LA POLÍTICA ARGENTINA


“Grondona me mintió, Bilardo me traicionó”. Esta frase de Diego Maradona, que podría encajarse perfectamente en un guión de las tantas telenovelas cursis que hay en Latino América, enseña mucho de lo esquizofrénico que son las actitudes de Maradona.

Maradona siempre ha condenado la FIFA. Será que El Diez no sabía que Grondona es el vice de finanzas de la entidad máxima del balompié mundial (o, como Grondona le gusta decir, el vice del mundo) y de lo nefasto que es el ferretero de Sarandí en la conducción del fútbol argentino.

¿Viene Maradona de otro país para no saber del talante paramafioso de Grondona?

Ya con Bilardo, los vaivenes de la relación del Narigón con Maradona han sido tantos que sus rupturas y reconciliaciones casi no deberían ser más noticia.

Entretanto, las alianzas y amistades que se esfuman y se transforman en duras rivalidades y enemistades son de lo más común en Argentina, principalmente en lo que se refiere a su vida política.

Pocos países en el mundo producen personajes e instituciones políticos que cambian tanto de posición. Muchas veces injustificables.

En la esfera política el historial de aliados que se tornaran contrincantes es muy grande.

Qué otro movimiento ha producido tantas rivalidades, algunas fatales, como el peronismo, retratado de manera impar en la película “No habrá más penas ni olvidos”, (adaptado del libro homónimo de Oswaldo Soriano, que relata los enfrentamientos internos del peronismo entre su ala derecha e izquierda antes del golpe militar de 1976) en que en la escena de un asesinato el personaje que mata dice “viva Perón” y el personaje que muere dice también dice “viva Perón”.

En la historia más reciente hemos tenido el expresidente Carlos Meném como santo de devoción de muchos peronistas que hoy escrachan todo lo que el riojano hizo, y que en su momento no fueron motivos de cualquier reparo.

Entre estos peronistas se encuentra el matrimonio presidencial K, que ninguna autocrítica ha hecho de la época en que Néstor Kirchner, como gobernador de Santa Cruz, hacía discursos extremamente alabadores en relación a Meném.

Hoy los Kirchner dicen que siquiera consiguen pronunciar el nombre Meném. Pero, en el auge de popularidad del exmandatario ninguna objeción hacían sobre las privatizaciones y la Ley de Convertibilidad, por ejemplo.

Los radicales también cuentan con sus “chistes”. Cobos, de expulsado de la UCR por ir con Cristina Kirchner en la lista presidencial de 2007 como su vice, ahora es el hombre providencial para muchos radicales (aunque cada vez menos) para las elecciones de 2011, tras haber roto con el gobierno en la votación de la 125. El chiste aumenta de tamaño por Cobos aun pertenecer al gobierno que se ha desalineado.

Otro ejemplo cercano de amores que resultan en odio es la relación Clarín y los K. En el mandato del pingüino mantuvieron una “luna de miel”, con noticias casi siempre favorables a él, que tuvo en cambio la autorización para el jugoso negocio que había sido la fusión de Cablevisión y Multicanal.

Pero, cuando vino el “divorcio”, luego de la pelea del campo con el gobierno, ya con la pingüina en el sillón presidencial, en 2008, en que el multimedio escogió la trinchera de los rurales, los de Héctor Magnetto y Ernestina Herrera de Noble se han transformado en el principal opositor de los K. La principal respuesta del gobierno fue la Ley de Medios Audiovisuales y la derogación de la fusión del cable, que muy difícilmente el gobierno tendría coraje de llevar a cabo si no hubiese el encontronazo de Clarín.

Esta lista sigue con Carrió y su constantes enojos con sus aliados del Acuerdo Cívico y Social, el matrimonio entre el PRO y el peronismo disidente, que ahora se muestra que ha sido un casamiento de conveniencia para las legislativas de 2009, y los muchos casos a lo largo y a lo ancho de Argentina en que muchos políticos se han sentido engañados y traicionados, tal cual el Pelusa – este hombre tan alineado a los líderes del llamado “socialismo del XXI” y que, a le vez, vive en un caserón y hace publicidad para empresas que propagan el más puro capitalismo.

Maradona y políticos argentinos, ¿quién puede entenderlos?

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