sábado, 11 de octubre de 2014

SEMEJANZAS PRESIDENCIALES

De 20 en 20 años, Uruguay y Brasil coinciden elecciones presidenciales (al menos con el actual periodo de mandato de los dos países, cinco y cuatro, respectivamente, para sus mandatarios máximos). En este año, Uruguay y Brasil no solamente coinciden presidenciales, como coinciden algunas particularidades de ellas.
Quizá la principal coincidencia es que en ambos países las presidenciales se perfilan como las más equilibradas desde que los dos países instauraron la segunda vuelta. Tanto en Brasil como en Uruguay hay un empate técnico en la segunda vuelta. En el caso uruguayo solo una simulación de segunda vuelta (aunque sea casi cierto que hay una). Mientras en Brasil esta ya está en plena campaña. Es probable que los dos países lleguen al día de la segunda vuelta - en Brasil, el 26 de octubre y en Uruguay, el 30 de noviembre - con su proceso electoral al rojo vivo. Con gran incertidumbre de si sus futuros presidentes serán Tabaré Vázquez o Luis Lacalle Pou en Uruguay y Dilma Roussef o Aécio Neves en Brasil.
Otra semejanza es el hecho de que los candidatos oficialistas, Vázquez y Roussef, hayan visto un escenario electoral bastante distinto de lo que se pronosticaba antes del arranque de las campañas, pues eran los favoritos. En Brasil, mucho, quizá, por el sacudón que significó el accidente que mató al candidato Eduardo Campos, precipitando la candidatura de su entonces candidata a vice y mucho más conocida, Marina Silva. Aunque no haya sido esta, sino Neves el candidato clasificado junto a Roussef para la segunda vuelta.
Ya en Uruguay la quiebra de las expectativas electores está siendo personificada en Lacalle Pou. Primero derrotando a la candidatura favorita del Partido Nacional en las primarias de los blancos. Y ahora poniendo las presidenciales casi sin favoritos, con encuestas que lo pondrían a solo un punto percentual de distancia de Vázquez si esté presente con el oncólogo en la segunda vuelta.
El perfil de los candidatos que podrían ser responsables por las derrotas oficialistas también marcan un parecido. Dos descendientes directos de expresidentes de sus países. Neves nieto de Tancredo Neves (aunque este nunca pudo gobernar Brasil, de hecho, como presidente, pues en 1985 asumió la presidencia enfermo y murió pocos tiempo después) y Lacalle Pou hijo de Luis Alberto Lacalle, presidente oriental entre 1991 y 1996. Y para lo estrictamente frívolo también son considerados estéticamente bien constituidos. Aunque Neves no tenga las mismas preocupaciones en el mantenimiento del buen cuerpo, como Lacalle Pou, yendo a gimnasios y haciendo otras cosas por el estilo.
Pero lo que más une Neves y Lacalle Pou es lo ideológico. Los dos intentan sacar del poder partidos de centro-izquierda que gobiernan Brasil y Uruguay hace casi 12 y 10 años respectivamente. El Frente Amplio en Uruguay y el Partidos de los Trabajadores en Brasil (aunque el Ejecutivo de este se sostenga con el apoyo de muchos otros partidos, entre los cuales varios que podrían ser considerados de derechas en el confuso escenario ideológico brasileño). Si en lo social ninguno dice que pondrá coto en los planes y subsidios a las capas más desfavorecidas de la población implantados luego al inicio de los gobiernos del FA y del PT, en lo económico, pese a que los giros a la derecha no sea pronunciados en sus programas, sería de esperar que conduzcan gobiernos más alineados con el mundo empresarial y financiero. Una relación más flexible entre capital y trabajo podría ocurrir con Neves y Lacalle Pou. Es significativo, por ejemplo, que los asesores de ambos ya dijeron que sería necesario un crecimiento salarial más moderado en sus países. Para el combate a la inflación, donde Uruguay es el tercero y Brasil el cuarto en América Latina con peores índices, sendas subidas de los tipos de interés no serán sorprendentes.
Y en lo que más Uruguay y Brasil tienen en común, el Mercosur, lo que cabe esperar es un alejamiento aún más grande de este organismo. La integración regional está lejos de ser una prioridad de Neves, mientras para muchos de los sectores afines a Lacalle Pou, el Mercosur es visto como un enemigo comercial de Uruguay (no siendo disparatado pensar en una salida de Uruguay del bloque comercial si Lacalle Pou llega a la Torre Ejecutiva).
Un poco más de un mes separa la segunda vuelta de las presidenciales brasileñas de la probable segunda vuelta de las presidenciales uruguayas. La victoria de la oposición en Uruguay y en Brasil o el mantenimiento del poder por parte de los oficialismos supondría la coincidencia final.

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