De
20 en 20 años, Uruguay y Brasil coinciden elecciones presidenciales
(al menos con el actual periodo de mandato de los dos países, cinco
y cuatro, respectivamente, para sus mandatarios máximos). En este
año, Uruguay y Brasil no solamente coinciden presidenciales, como
coinciden algunas particularidades de ellas.
Quizá
la principal coincidencia es que en ambos países las presidenciales
se perfilan como las más equilibradas desde que los dos países
instauraron la segunda vuelta. Tanto en Brasil como en Uruguay hay un
empate técnico en la segunda vuelta. En el caso uruguayo solo una
simulación de segunda vuelta (aunque sea casi cierto que hay una).
Mientras en Brasil esta ya está en plena campaña. Es probable que
los dos países lleguen al día de la segunda vuelta - en Brasil, el
26 de octubre y en Uruguay, el 30 de noviembre - con su proceso
electoral al rojo vivo. Con gran incertidumbre de si sus futuros
presidentes serán Tabaré Vázquez o Luis Lacalle Pou en Uruguay y
Dilma Roussef o Aécio Neves en Brasil.
Otra
semejanza es el hecho de que los candidatos oficialistas, Vázquez y
Roussef, hayan visto un escenario electoral bastante distinto de lo
que se pronosticaba antes del arranque de las campañas, pues eran
los favoritos. En Brasil, mucho, quizá, por el sacudón que
significó el accidente que mató al candidato Eduardo Campos,
precipitando la candidatura de su entonces candidata a vice y mucho
más conocida, Marina Silva. Aunque no haya sido esta, sino Neves el
candidato clasificado junto a Roussef para la segunda vuelta.
Ya
en Uruguay la quiebra de las expectativas electores está siendo
personificada en Lacalle Pou. Primero derrotando a la candidatura
favorita del Partido Nacional en las primarias de los blancos. Y
ahora poniendo las presidenciales casi sin favoritos, con encuestas
que lo pondrían a solo un punto percentual de distancia de Vázquez
si esté presente con el oncólogo en la segunda vuelta.
El
perfil de los candidatos que podrían ser responsables por las
derrotas oficialistas también marcan un parecido. Dos descendientes
directos de expresidentes de sus países. Neves nieto de Tancredo
Neves (aunque este nunca pudo gobernar Brasil, de hecho, como
presidente, pues en 1985 asumió la presidencia enfermo y murió
pocos tiempo después) y Lacalle Pou hijo de Luis Alberto Lacalle,
presidente oriental entre 1991 y 1996. Y para lo estrictamente
frívolo también son considerados estéticamente bien constituidos.
Aunque Neves no tenga las mismas preocupaciones en el mantenimiento
del buen cuerpo, como Lacalle Pou, yendo a gimnasios y haciendo otras
cosas por el estilo.
Pero
lo que más une Neves y Lacalle Pou es lo ideológico. Los dos
intentan sacar del poder partidos de centro-izquierda que gobiernan
Brasil y Uruguay hace casi 12 y 10 años respectivamente. El Frente
Amplio en Uruguay y el Partidos de los Trabajadores en Brasil (aunque
el Ejecutivo de este se sostenga con el apoyo de muchos otros
partidos, entre los cuales varios que podrían ser considerados de
derechas en el confuso escenario ideológico brasileño). Si en lo
social ninguno dice que pondrá coto en los planes y subsidios a las
capas más desfavorecidas de la población implantados luego al
inicio de los gobiernos del FA y del PT, en lo económico, pese a que
los giros a la derecha no sea pronunciados en sus programas, sería
de esperar que conduzcan gobiernos más alineados con el mundo
empresarial y financiero. Una relación más flexible entre capital y
trabajo podría ocurrir con Neves y Lacalle Pou. Es significativo,
por ejemplo, que los asesores de ambos ya dijeron que sería
necesario un crecimiento salarial más moderado en sus países. Para
el combate a la inflación, donde Uruguay es el tercero y Brasil el
cuarto en América Latina con peores índices, sendas subidas de los
tipos de interés no serán sorprendentes.
Y
en lo que más Uruguay y Brasil tienen en común, el Mercosur, lo que
cabe esperar es un alejamiento aún más grande de este organismo. La
integración regional está lejos de ser una prioridad de Neves,
mientras para muchos de los sectores afines a Lacalle Pou, el
Mercosur es visto como un enemigo comercial de Uruguay (no siendo
disparatado pensar en una salida de Uruguay del bloque comercial si
Lacalle Pou llega a la Torre Ejecutiva).
Un
poco más de un mes separa la segunda vuelta de las presidenciales
brasileñas de la probable segunda vuelta de las presidenciales
uruguayas. La victoria de la oposición en Uruguay y en Brasil o el
mantenimiento del poder por parte de los oficialismos supondría la
coincidencia final.
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