Un hombre que ha construido su vida pública esencialmente lejos del escrutinio popular. Que nunca ha participado de unas elecciones. Este es el nuevo primer ministro griego, Lucas Papandreu - ex vicepresidente del BCE y ex presidente del Banco Central heleno. Papandreu será el responsable por conducir a Grecia en el momento más difícil de su historia contemporánea.
Papandreu se encaja en la línea perfecta del sentido político de la mayor parte de los diputados griegos y de los mandamases de la UE, que se asustaron con el anuncio del referendo sobre el plan de ajuste financiero a cambio de la condonación de 50% de la deuda griega con los bancos internacionales, que quería llevar a cabo el anterior y democráticamente electo primer ministro, Georges Papandreu.
Contra la democracia, que supondría el referendo, viene la tecnocracia, que significa tener a la cabeza del gobierno un hombre que, independiente de sus calidades técnicas, no tiene el veredicto popular.
Si por un lado los mercados han agradecido el vuelco del vuelco – el anuncio del referendo que dio paso a la crisis política en el seno del gobierno griego, redundando en la dimisión de su promotor, Papandreu – la soberanía popular ha salido derrotada.
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