Javier Milei definitivamente se puso el
traje de político tradicional, en el peor sentido del término. El que usa el
cinismo como modus operandi.
Al decir que él y Patricia
Bullrich se perdonaron todo lo que dijeron uno del otro el Peluca simplemente
miente. Al fin y al cabo, el único que fue muy ofensivo fue él para con ella.
Haberla tácitamente llamado de
asesina de niños al decir que ponía bombas en jardines de infantes fue de los peores
exabruptos en una campaña política en Argentina.
De parte de Patricia Bullrich
al menos antes de iniciada la campaña, fue justamente lo contrario. En el día
de las PASO, por ejemplo, al ser preguntada sobre el sorprendente resultado de
Milei, Bullrich dijo que Milei tenía buenas ideas.
Simplemente nunca Bullrich
destrató en lo personal a Milei.
Así las cosas, llama la atención
el grado de abnegación de la presidente del PRO, en el sentido de colocar los intereses
de su partido y/o sus convicciones políticas, es decir, derrotar al kirchnerismo
(aunque Sergio Massa no sea exactamente un kirchnerista) por arriba de lo personal.
Siendo capaz de obviar lo cuán estúpido Milei fue con ella en pro de su causa.
Ahora Milei y Bullrich están unidos
para derrotar a Massa. Pero en términos de carácter, parece haber una clara
separación entre los dos.
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