Osado es poco para definir al tema y al video clip de Agarrate Catalina
y No Te Va a Gustar “La Violencia”. La canción no solo justifica la violencia
como pone a quien anda en el mundo del crimen como las verdaderas víctimas de la
sociedad.
La lectura que hizo el compositor de la música, Tabaré Cardozo, no es
tan diferente de la que hacen muchos izquierdistas en Uruguay, en América
Latina y en el mundo a respecto de las causas de la violencia. Pero de modo
mucho más explícito y desvergonzado que lo general. Los cantantes no tienen
pegas en transformar, aunque metafóricamente, a los criminosos como jueces de
la sociedad.
Atribuir la violencia a la desigualdad, pobreza y falta de educación
como hacen en "La Violencia" es una vieja enfermedad infantil de la izquierda. No
que estas no tengan relación con la delincuencia. Pueden tenerlo y mucho. El
problema es considerar al criminoso como un ser desprovisto de razonamiento y/o
que simplemente es llevado al crimen porque no le resta otra alternativa.
En realidad, es difícil negar que el contexto social (no solamente situación social en sí, pero los ejemplos del alrededor) de una persona
es una variable importante que podrá determinar si escoge delinquir. Pero la
verdad es que, en la mayoría de las veces, solo delinque quien tiene una
propensión a ello.
Lo que hace a un excluido social y a un marginado delinquir es que,
primero, tiene una floja escolaridad, segundo, ve muchas menos alternativas en
su vida que otros. Tercero, piensa que tiene mucho menos que perder. Pero nada
de esto va a impulsar a una persona a matar o a robar si no tenga una tendencia
psicológica que lo lleve a elegir esto.
Seguramente, muchos de los criminosos de las sociedades de América
Latina no lo serían si hubiesen nacido en Europa Occidental, por ejemplo. Donde
tendrían otro contexto social y de formación humana.
Pero y la sociedad que sufre con la violencia, y que en el tema “La
Violencia” es expuesta, paradójicamente, como verdugo, ¿qué culpa puede tener
en que haya semilleros que ayuden a que alguien se torne un criminoso? Objetivamente ninguna.
Incluso porque la mayoría de las víctimas de la violencia es gente tan o aún
más pobre o excluida socialmente que los que la generan. Que comparte o pudo
haber compartido los mismos flagelos sociales y que por estar en zonas menos
seguras están menos protegidas. Pero ni a una persona de clase media o alta se
le puede achacar responsabilidades por un acto criminal en sí. Aunque el
individuo pueda tener poca sensibilidad social y ser contrario a políticas de
distribución de riqueza no se puede hacerlo. Ninguna o casi ninguna ideología
puede ser peor que un asesinato, por ejemplo.
No tengo dudas de que más educación, más crecimiento económico y,
fundamentalmente, menos desigualdad social (el factor más fuerte en la cadena
de factores que lleva a una persona a delinquir) tendrían como resultado menos
violencia. Pero mientras esta exista no hay otra alternativa para los
gobiernos, en lo que se refiere a su política de seguridad, que no bajar la
guardia. Por otro lado, estos no deben ser rehenes de los pedidos de mano duro
que pululan en gran parte de la sociedad y que son la contracara del discurso
de justificativa de la violencia por parte de la izquierda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario