Contra la corriente, en septiembre de 2007, Público fue lanzado. Si mantener diarios consolidados en el medio de la competencia impuesta por la gratuidad de la información en Internet era difícil, introducir un nuevo sería mucho más. Entretanto, Público ha logrado un hueco entre los grandes periódicos de España, siendo hoy el cuarto más vendido de ámbito nacional. Pero esto no ha sido suficiente y hoy el diario de Mediapro se encuentra entre la vida y la muerte.
Cuando Público nació España aún “iba bien”. Pero vino la crisis, la mayor que España ha conocido desde la Guerra Civil, y el diario no se quedó inmune, viendo desplomarse sus ingresos publicitarios. Hoy su editora Mediapubli ha entrado en concurso voluntario de acreedores.
El posible fin de Público sería trágico para el auténtico pensamiento de izquierda español. Sin ser un diario partidario, al contrario de lo que es acusado, Público en sus notas, reportajes y artículos refleja una España comprometida con valores verdaderamente progresistas y plurales, no siendo secuestrado por las verdades absolutas del capitalismo liberal. También es el único diario nacional que ha roto con el consenso en relación a la monarquía.
Es difícil preveer una remontada del diario. Lo más probable es que no aguante, que no pueda obtener financiación para sufragar sus costes y salarios y que venga a cerrar. Ojalá esté engañado y que todos que hacen Público ingenien una salida para la grave situación de la publicación. En caso contrario, sería una lástima para sus centenares de trabajadores y, principalmente, para sus centenares de miles de lectores (millones si contamos los de Internet), que nunca habíamos nutrido tanto cariño por un periódico.
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