domingo, 6 de febrero de 2011

LEYENDAS URBANAS SOBRE EL INGLÉS Y LAS LENGUAS LATINAS

Qué es más difícil, ¿aprender inglés o una lengua latina? Para quien tiene otra lengua latina como nativa, por supuesto que el inglés lo sería más, pues gran parte de las lenguas latinas presentan una sintaxis semejante y un gran conjunto de correlatos léxicos entre ellas - aunque abunden necios que, por ejemplo, digan que para un lusófono el castellano es más difícil que el inglés o que para un castellanoparlante el inglés sea menos complicado que el portugués.

¿Pero y para personas hablantes de idiomas con diferencias equidistantes en relación al inglés y a las lenguas latinas? Un chino, un ruso o un japonés, por ejemplo, ¿aprendería más fácilmente el inglés o una lengua latina? La respuesta de casi todos sería que el inglés es más fácil o menos difícil. El argumento es que la lengua de Shakespeare es más simple, concretamente porque los verbos apenas se conjugan. Mientras las lenguas latinas tienen varios tiempos verbales. Asimismo, en lo global la gramática de las lenguas nativas sería más compleja.

De hecho, en términos netamente gramaticales, el inglés es más fácil. Entretanto, la gramática es solo una parte en el aprendizaje de un idioma. Lo más significativo, y lo que más importa para que una lengua entre en la cabeza de una persona es la fonética.

Estudios lingüísticos demuestran que el inglés, después del mandarín, es la lengua más difícil de ser entendida, por la particularidad en como los anglófonos pronuncian las palabras. En general los vocablos son pronunciados para dentro, y tienen un intervalo muy pequeño entre uno y otro. Además no hay una regla para el sonido que debe tener las vocales.

Estos factores pueden hacer desesperador el aprendizaje del inglés. Pues, por más que uno tenga conocimiento de éste, la comunicación puede ser trabada por la incomprensión del habla del interlocutor. También el aprendizaje por medio de la escucha se torna más limitador, justamente por lo complicado que se da la percepción de una intervención en inglés.

Por su vez, de las siete lenguas latinas (portugués, castellano, catalán, gallego, francés, italiano y rumano) cuatro prácticamente se hablan o se pueden hablar como se escribe o como se designa el sonido individual de las letras: el portugués, el castellano, el gallego y el italiano. Mientras las otras si presentan más variedades fonéticas de acuerdo con la ubicación de las letras en las palabras, son regulares a respecto de la pronunciación. Y en todas, con excepción del francés, los hablantes interponen un mínimo intervalo entre los vocablos en lo general. Principalmente por este factor la lengua de Balzac es de las latinas el idioma más difícil.

De todas las lenguas latinas, las que tienen más parecido el habla y la escritura son el castellano, el gallego y el italiano. Además, son lenguas fuertes, en que la entonación correcta obliga a una pronunciación más llena y precisa, aunque ésta pueda variar de acuerdo con cada hablante y su región o país. El portugués es más flexible a respecto de la fonética. Aunque permita un habla tal cual la escritura, la mayoría de los lusófonos habla de modo distinto a la escritura, principalmente en algunos dígrafos.

Una prueba de la facilidad de lenguas como el castellano es la facilidad de personas hablantes de lenguas no latinas que van a estudiar la lengua de Cervantes en los varios países que la tienen como idioma local. Llegan sin saber nada o casi nada y en pocos meses son capaces entablar una conversación, fundamentalmente en lo que se refiere a lo pasivo, es decir la comprensión. Potenciando lo activo, el habla.

Sin lugar a dudas, un latino lo tiene mucho más difícil el aprendizaje del inglés que un anglófono que quiere aprender una lengua latina, aunque la leyenda urbana propague lo contrario. Una lástima y una desesperación para los latinos, que, como yo, tienen el inglés como una losa en su vida.

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